Las Buenas Nuevas

El evangelio aborda nuestra vergüenza (parte 1)

Por Katrina16 de marzo de 2020No Comments

Hay creyentes con dolencias que están sufriendo en silencio y aislamiento dentro de la iglesia por temor al rechazo. Sin embargo, Jesús nos muestra con sus palabras y acciones que el mensaje de las buenas nuevas del evangelio es para estas personas: las heridas, atrapadas, aisladas, y las que están sufriendo. Entonces, ¿por qué en la iglesia no hay diferencia con la cultura exterior? ¿Por qué los cristianos continúan luchando tan profundamente y sin esperanza? ¿Por qué están dejando la iglesia? ¿Qué no estamos entendiendo?

En 2017 algunas mujeres artistas en los Estados Unidos empezaron un nuevo movimiento llamado #metoo que se extendió a otros países, entre ellos, España. Hablan contra la violencia y abuso de las mujeres. No solo las mujeres están dando un paso adelante para compartir sus historias y experiencias de abuso en sus lugares de trabajo, sino que las mujeres cristianas también están hablando sobre el abuso que está sufriendo dentro de la iglesia. 

A medida que las mujeres exponían el alcance y la normalidad del abuso sexual, despreciando el tabú que lo había mantenido en la sombra durante tanto tiempo, artistas populares e incluso pastores comenzaron a abordar otro tema tabú: la salud mental. Cuando en las noticias empezaron a salir casos de pastores que se han suicidado, ha habido muchos que han dado un paso adelante con honestidad y han compartido sus propios pensamientos e intentos de suicidio, sus luchas con la pornografía y las adicciones, la ansiedad y la depresión.

Para aquellos de nosotros que crecimos en la iglesia, la magnitud de estos problemas entre nuestros hermanos y hermanas en Cristo puede ser un shock enorme. Sin embargo, no podemos negar que estas cosas están pasando, especialmente cuando vemos que una cantidad sorprendente de personas se desilusionan y abandonan la iglesia.

Cuando pensamos en el evangelio, creo que la mayoría de nosotros tendemos a centrarnos en nuestra posición espiritual con Dios: nuestro propio pecado y culpa ante un Dios santo, que a través del sacrificio de Jesús en la cruz ahora nos declara inocentes, que es la verdad. Y creo que es un punto fuerte de la iglesia, y además trata con nuestra vida espiritual.

Sin embargo, esta dinámica de culpabilidad/inocencia solo es una parte del evangelio. Las buenas nuevas también describen a nuestro Dios poderoso que nos libera de nuestros temores; por ejemplo, las historias de Jesús expulsando los demonios encarnan el mensaje del evangelio para los grupos tribales que temen a los espíritus malignos. Finalmente, las buenas nuevas dan testimonio a nuestro Padre celestial que nos ha sacado de nuestra vergüenza y nos ha restaurado a un lugar de honor. Los que sufren por abusos o traumas pasados, los marginados, los rechazados y los que viven aislados necesitan entender estas buenas noticias: son hijos e hijas de Dios.

Los pecados graves cometidos contra nosotros nos llevan a una profunda vergüenza y a culparnos a nosotros mismos, lo que puede derivar en problemas de salud mental, adicciones y comportamientos destructivos. Y aquí es donde veo una parte del problema: si tendemos a ver estos síntomas a través de una lente de culpabilidad e inocencia, vamos a llamar estos comportamientos problemas de orgullo o idolatría. Como resultado, les recriminamos a los que sufren que aman su pecado más que a Dios.

Pero si amplificamos el mensaje del evangelio para incluir nuestra salud mental/emocional, vamos a ver que es el sentimiento de vergüenza y culpabilidad de la persona lo que se debe abordarse en estos casos. Esta persona está sufriendo profundamente y lidiando con el auto desprecio. Si no entendemos bien la situación de la persona, vamos a dar un diagnóstico erróneo, y esta persona además de todo, también va a experimentar culpa por tener que intentar amar más a Dios. Como resultado, van a sentir un profundo rechazo y, en lugar de abrirse sobre su sufrimiento, la mayoría elegirá seguir sufriendo en silencio.

Muchas veces en los Evangelios leemos que Jesús enseñó en las sinagogas, predicó las buenas nuevas del reino de Dios y sanó toda enfermedad y dolencia. ¿Cuáles son las buenas nuevas que predicó Jesús? En Lucas 4:14-19 Jesús cita Isaías 61: “a predicar buenas nuevas a los pobres, a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor”. Con nuestra lente de culpabilidad/inocencia, tendemos a interpretar espiritualmente este pasaje solo como la transacción de una deuda por pecado. Pero si observamos el contexto de cómo Jesús predicó las buenas nuevas, veremos que es mucho más que eso. Jesús contrarresta nuestros temores con su poder para vencer enfermedades, muerte física y demonios. Jesús proporciona justicia y restauración, sanidad emocional y mental, liberándonos de nuestra vergüenza.

Si estás viviendo avergonzado, debes saber que puedes experimentar sanidad y libertad en los lugares donde te sientes atrapado y solo. “HOY se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”, dijo Jesús.  A veces la respuesta al evangelio no es el arrepentimiento, sino la esperanza. Creo que Jesús nos dice a cado uno de nosotros: “Veo tu dolor y el mal que te hicieron. Nunca debería haber sucedido y no es tu culpa. Me importas. Te quiero”. Jesús ha eliminado toda tu vergüenza y la ha reemplazado con su identidad y su honor como hijo amado por Dios.

-Katrina