Las personas que viven con vergüenza y culpabilidad necesitan justicia, esperanza y restauración. El mensaje principal de pasajes como Isaías 61 y Lucas 4:14-19 es este: Jesús está llevando justicia, esperanza y restauración a los que sufren, los oprimidos y los marginados. Desgraciadamente, hemos sobre-espiritualizado estos pasajes y los interpretamos solo como la transacción de una deuda por pecado, y nos estamos perdiendo su verdadero mensaje de libertad completa. De ese modo malinterpretamos fácilmente las luchas, comportamientos y adicciones de personas y pensamos que todos vienen de la misma fuente: pecados de idolatría. La persona que sufre queda cautiva, y no experimenta nunca la esperanza o libertad que Jesús promete.
Si simplemente consideramos el evangelio en términos de nuestro pecado y nuestra vida espiritual con Dios, nunca nos pararemos a pensar que nuestra lucha puede ser un síntoma de vergüenza y no un resultado de nuestro propio pecado, sino del pecado cometido contra nosotros. Tenemos que llegar a la raíz del asunto y descubrir la verdad de por qué luchamos con los comportamientos y adicciones no deseados que tenemos. Es la única manera de encontrar verdadera libertad.
Ciertamente, estos pasajes hablan de llevar la verdad a las distorsiones que hemos recibido por causa de la injusticia contra nosotros. Se trata de llevar sanidad a las heridas que hemos ocultado en lo más profundo de nuestro ser. ¿Qué te ha hecho sentir desconsolado, aislado y rechazado? ¿Qué mentiras crees sobre ti mismo, sobre otros y sobre Dios? Jesús ve el mal que se ha hecho contra ti, y le importa. No te dice que tienes que olvidarlo, que sigas adelante como si nada hubiera pasado y que perdones ya. No. Le importas y se toma el tiempo que tú necesitas para sanar. Jesús te ofrece justicia HOY: “Veo el mal hecho contra ti y no fue tu culpa.” Jesús te ofrece la esperanza HOY: “He venido para darte vida abundante (en la tierra)” (Juan 10:10). Jesús te ofrece restauración HOY: “Conoce la verdad de tu pasado, conoce la verdad de quien YO SOY, conoce la verdad de quien te digo que eres, y la verdad te hará libre” (Juan 8:32).
-Katrina
